Los males y pecados que cubren la carne, ocultando nuestro rostro en expresión de libertad.
Como llegamos a simular el dolor y penas, esas lágrimas que negamos como sudor, esas heridas que cubrimos con nuestros dedos.
Dulce dicen que es la miel en los labios, intento contradecir y explicar el sabor ferroso de la sangre.
Pero nadie escucha la realidad, nadie atiende a mi ayuda y gritos.
Vida, para ser vivida. Solo en compañía.
Buscan para encontrarse, y de una vez por todas analizar, que todos aquellos que hablaban a tu alrededor y sonreían a tus ojos bastaba sólo un segundo para que no callaran.
Es duro saber. Dura verdad.
Camina solo, sin susurros y distracciones.
Que queden atrás y solo continúen a tu par, aquellos que no necesitan simular las lágrimas, porque realmente es sudor.
Fotografía: From cinder
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