"Algún día, hermanita, abrirás los ojos y no seré yo el primer chico en el que pienses. Y eso está bien. Porque me fui y no volveré, es así. Yo te quiero, quise y querré siempre, me veas o no. Es como si estuviese en nuestro árbol vigilándote, pero ahora estoy aún más arriba."
~Vincent Tonner
"¿Por qué no lo superas de una vez?"
Y yo, sintiendo ese vacío en mi interior, como si la rabia y el hielo se uniesen entre sí, siendo la mezcla una sensación de parálisis.
"Está muerto. Murió hace once años. Lo sabes."
A pesar de encontrarnos en mi lugar. Entre los árboles que me consuelan en silencio. Que me proporcionan ese oxígeno especial para mis pulmones. 
En sólo un segundo se quedaron en silencio, y sentí que no tenía cobijo posible.
"Olvídalo"
Sus ojos azules me reprendían. Me gritaban con furia.
Quería que parase, porque la verdad quema y yo estaba en llamas.
"No puedo"
"Si eres tan débil como para no aceptar la realidad, será mejor que lo dejes."
"No puedo olvidarme si él está conmigo. Le oigo respirar."
Y no sé si fue mi mente o el sonido de las hojas.
Escuché la risa de Vincent.
Sólo un segundo.
Pero la oí.

Demise
"De las ciento ochenta y dos promesas que canté al aire, ni una he podido cumplir.
Cuando camino sola entre las sombras de la noche consigo visualizar la presión que me asfixia.
Y su forma es nítida y oscura. Una figura negra que me rodea con unos brazos largos y finos y sus dedos terminados en garras me arañan sin causarme heridas. Noto como no respira pero susurra muy bajo, repitiéndome una y otra vez cada palabras que mi hermano me dirigió en vida. 
A veces me aprieta durante horas, otras durante minutos.
Incluso algunas noches solo llega por detrás, me clava sus dedos en la piel y susurra "Estaré en nuestro árbol y así puede que no te eche tanto de menos"
Antes me resistía e intentaba correr, pero nada puedo hacer.
Y cada vez que su silueta aparece, dejo que me envuelva para volver a perecer una vez más"


Demise

"A través de las cortinas se encuentra la tentación.
Y todos quieren ver. Todos quieren mirar.
Apartar la seda y tocar la sensación que te hace dudar.
Pero a quienes se atreven a pasar, que sepan que no volverán.
Y el viento la chimenea apagará.
Y la oscuridad rodeará, al castigo silencioso
que espía por detrás."

Fotografía: Satellite
"Me dijiste que podía. Que a pesar de todas aquellos cuentos llenos de ángeles y demonios, donde la confusión reinaba entre llamas que quemaban el papel de los libros prohibidos.
Me dijiste que podía. Aunque te abrumara en mentiras que atropelladas, salían de mi boca para acabar en el auge del tráfico en los aires grises.
Me dijiste que podía.
Sin dudar.
Intentabas detener la caída de mis lloros y la sentencia de rendición.
Pero si no pude hacerlo.
Podrás tú."

Sentado en ese sillón que ahora me parece tan frío por muy cerca que me encuentre del fuego, y esta sala, llena de luz, cada vez es mas sombría. 
El silencio, que tanto me hacia respirar, en estos momentos me ahoga como estar atrapado bajo el mar.
De adorar en odio el desorden que recubre las mesas.
Los papeles escritos que caen de las paredes.
El violín que ya no piensa ni consuela.
No puedo gritar. No quiero gritar. 
Porque ¿y si en ese momento él decide hacerme una señal?
Un sonido.
No. Me mantendré en silencio mientras trato de llegar a la superficie.
Y ese violín, vuelva a sonar.
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