De haberlo sabido no se me pasaría por la cabeza dejarlo.
Recuerdo las fragancias y las amapolas de al lado de tu casa.
Esos chistes que me contaste en mayo, me he reído hoy.
Eran graciosos.
Puedes hacerte mil preguntas y no responder ninguna. ¿Por qué? Quizás porque no sabes la respuesta o no quieres afrontarla.
Mirad, somos cobardes, y por mucho que presumamos de sinceros y "aceptores de nuestra realidad", es mentira.
En algún momento no quieres saber que ocurre y te escondes, piensas en otra cosa.
Si me equivoco dímelo.
Pero no me equivoco, ¿verdad?
La realidad hunde además de herir, pero no hay soluciones en cuanto a las situaciones.
Sólo podemos escondernos y dejar que erosione, o aceptarla e intentar cambiarla.
Tú decides. Tú continúas. Tú aprendes.
Fotografía: Chrysanthie Ak
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
