Dedicarle el tiempo a pensar como si no fueses tú, como si la vida te serenase a un estado de semi-existencia. Los lugareños de nuestra cabeza nos suelen proteger de las agresiones externas, y la muralla fabricada de hueso sin grietas. ¡
Protegedme! Sacudió el rey sus anchas piernas para avisarnos de que el peligro se acercaba, pero la única preocupación era su bienestar, y con su largo bigote azul tembloroso, corrió a la zona más alta que casi tocaba la cúpula roja.
Pero los enemigos eran feroces y como si nada los detuviese en el encuentro, abrieron los cielos y contemplaron, los lugareños, un mundo nuevo.
Fotografía: A Winter Dream