Si nos rendimos ante tales situaciones, contadas como cuentos de hadas y ogros. Todos iluminados por luciérnagas a punto de apagarse por fallos de conexión.
Y aquellos, todos aquellos que dicen la pena merecida por vivir, la pena que nos ayuda a continuar es en realidad la que nos hace enterrarnos en nuestro propio suelo, bajo nuestros pies.
Y que dejamos de cantar, mientras lo susurros del papel que debemos firmar para vender nuestra alma y todo lo demás.
Es la pena que hace que vivamos, y que sintamos que estamos muertos.
Y sólo buscamos el descanso eterno, sin saber que hay más allá.
"Tierra trágame" suelen gritar en un momento de desesperación.
Pero la tierra no escucha, simplemente espera.
Fotografía: Dark rituals

No hay comentarios:
Publicar un comentario