Quisieron concederme un deseo.
Y yo, pensé durante días la mejor opción.
Y fui egoísta. Lo fui.
Deseé que todo lo que pensase se hiciese realidad.
Me lo concedieron con una sonrisa malévola de regalo.
No me imaginé que en las ventanas se asomarían demonios.
Que debajo de mi cama durmiesen monstruos.
Y que una figura encapuchada de negro me siguiese a donde fuera.
Intentaba con todas mis fuerzas no pensar en la muerte.
Pero ese mínimo segundo era suficiente.
Y la figura dejó de seguirme para colocarse a mi lado, cogerme la mano y con una sonrisa malévola susurrar.
"Deseo concedido"
Fotografía: Dreams are not easy to achieve
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