Debes de ser el príncipe de los solitarios.
Que sobre los cadáveres sueles pasear envuelto en trajes de negro carbón.
Razonando en voz de barítono las respuestas a tus propias preguntas.
Oh, dulce príncipe.
Que solo te encuentras. Que poco desvelas.
¿Tienes un corazón que sanar?
¿Buscas en los muertos uno que robar?
Te mantienes firme entre los latidos de alrededor.
Y buscas y buscas en la observación de esos ojos azules.
Prefieres mantenerte en el silencio y ver el aliento bailar.
¿Que buscas en los que fríos se encuentran?
¿Alguno que salvar?
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