Todo pasa a una velocidad vertiginosa y la caída en horizontal me parece ridícula.
Parece como si todo hubiese vuelto a esconderse, perdón, como si se hubiese escondido por primera vez. Es el único momento, lo prometo, los primeros minutos donde no he pensado en mi pasado, y sólo en el presente.
No puedo creerlo. No puedo pensarlo. He dado un paso. He tocado un cristal.
Y yo, tan astuta y solitaria, estoy corriendo junto a un hombre de abrigo negro y bufanda azul.
Y yo, tan desconfiada y silenciosa, le cojo la mano para ir más deprisa.

Demise

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Santa Template by María Martínez © 2014