No puedo explicarlo con la claridad que desearía porque es imposible.
Si supieseis lo feliz que soy junto a los caballos me envidiaríais hasta doler.
Si vieseis como sonreía como una idiota, pero una idiota increíblemente feliz, cuando galopaba sin estribos. Sintiendo como el caballo y yo somos uno sólo. Con un mismo movimiento, con una misma meta, seguir adelante.
No podéis imaginaros esos cosquilleos en mi estómago cuando camino junto a ellos, acariciando sus crines y mostrándoles como puedo que los adoro.
Soy feliz sobre un caballo o simplemente sintiéndome rodeada por ellos.
Una vida sin caballos es una vida que no vale la pena ser vivida.

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