¡Casi me mandas al infierno!
Pero la venganza se sirve fría, amigo mío.
Y quiero mantenerte en la mayor agonía mientras esperas mi golpe letal.
Espera, espera, príncipe azul.
Destruye todas las migas de pan del camino.
Caza a los lobos del lugar.
Espera, espera, mi príncipe.
Que la destrucción es lenta.
Tarde o temprano caerás en mis fauces.
Y ni siquiera tus palabras de poeta te salvarán.
Grita, grita, mi príncipe desalmado.
Sólo los lobos te oirán y aullarán para que tu alma no escape.
Atrapada entre los árboles de los secretos.

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